Evangelio del Dia

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Domingo 01 de Mayo de 2022

La Palabra dice


Jn. 21, 1-19

Habiéndose aparecido Jesús resucitado a sus discípulos, después de comer, Jesús dijo a Simón Pedro: “Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?”

Él le respondió: “Sí, Señor, Tú sabes que te quiero”.

Jesús le dijo: “Apacienta mis corderos”.

Le volvió a decir por segunda vez: “Simón, hijo de Juan, ¿me amas?”

Él le respondió: “Sí, Señor, sabes que te quiero”. Jesús le dijo: “Apacienta mis ovejas”.

Le preguntó por tercera vez: “Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?”

Pedro se entristeció de que por tercera vez le preguntara si lo quería, y le dijo: “Señor, Tú lo sabes todo; sabes que te quiero”.

Jesús le dijo: “Apacienta mis ovejas.

Te aseguro que cuando eras joven, tú mismo te vestías e ibas a donde querías. Pero cuando seas viejo, extenderás tus brazos, y otro te atará y te llevará a donde no quieras”.

De esta manera, indicaba con qué muerte Pedro debía glorificar a Dios. Y después de hablar así, le dijo: “Sígueme”.

La Palabra me dice


La lectura de hoy nos presenta la última aparición de Jesús resucitado que narra el evangelio de Juan. Pedro y los discípulos habían vuelto a su antiguo trabajo y van a pescar al lago. Sin embargo, en toda la noche no lograron pescar nada. Al amanecer, Jesús aparece en la orilla y desde allí les dice que echen las redes a la derecha de la barca. Entonces la red se llena tanto de peces que no consiguen moverla (Jn 21,1-14). Se repite ante Pedro y los discípulos la pesca milagrosa que en un primer encuentro había provocado el llamado de Jesús a seguirlo (Lc 5,4-7) y ellos reconocen al Señor. De vuelta en tierra, comparten la comida.

Jesús resucitado vuelve a aparecer para recordarle a Pedro (y también a nosotros) el amor que le tiene, el llamado a ser su discípulo, la misión que le confía.
Jesús lo llama por su antiguo nombre: “Simón”, ese pescador que trabajaba para vivir el día a día, de carácter fuerte, terco e impulsivo. Pero que quiere al Señor y confía en su palabra.
Las tres preguntas por su amor nos remiten a las tres veces que Pedro, la noche de Pascua, negó a Jesús “antes que cante el gallo”, cuando iba a ser condenado a muerte (Cfr. Jn 18,27).
Pedro puede sanar la herida de esa traición renovando su amor por Jesús, y Jesús vuelve a confiarle la misión de ser Pastor de su rebaño. Sigue eligiéndolo y confiando en él. La nueva comunidad, que será la Iglesia, se construirá sobre esta Piedra, llena de fe pero no libre de fragilidad.
Jesús no espera que nunca cometa pecado, que no tenga errores, sino que pueda volver a abrazar este llamado por amor hasta ser capaz de dar la vida por sus ovejas, tal como Él lo hizo.

Con corazón salesiano


Desde el sueño de los 9 años, Juan Bosco va aprendiendo a ser Pastor, para cuidar y acompañar a los niños y jóvenes más pobres y abandonados. María es la Maestra que le enseña el modo, la ternura y la confianza que le permitirá amarlos y que se sientan amados.

A la Palabra, le digo


Señor, cuando olvido que siempre confiás en mí… vos lo sabés todo, sabés que te quiero.
Señor, cuando no entiendo lo que me pedís… vos lo sabés todo, sabés que te quiero.
Señor, cuando siento que puedo darlo todo… vos lo sabés todo, sabés que te quiero.


Ahora podés escuchar el Evangelio del Día en Spotify como "Lectio salesiana": https://spoti.fi/3gRYQSP