Evangelio del Dia

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Jueves 09 de Diciembre de 2021

La Palabra dice


Mt. 11, 11-15

Jesús dijo a la multitud:

Les aseguro que no ha nacido ningún hombre más grande que Juan el Bautista; y sin embargo, el más pequeño en el Reino de los Cielos es más grande que él.

Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el Reino de los Cielos es combatido violentamente, y los violentos intentan arrebatarlo. Porque todos los Profetas, lo mismo que la Ley, han profetizado hasta Juan. Y si ustedes quieren creerme, él es aquel Elías que debe volver.

¡El que tenga oídos, que oiga!

La Palabra me dice


Se reagrupan aquí varios dichos de Jesús enunciados en diversas circunstancias. Son palabras polémicas con sus adversarios que le cuestionaban su modo de vivir y el modo de cumplir su misión. Jesús pone de relieve que el sentido de esa misión se revelará en la intimidad de cada persona, iluminada por el Padre. Pero si el corazón se endurece, es difícil que después se enmiende el camino. Jesús elogia a Juan Bautista, que señala en modo iluminante el verdadero rumbo: él prepara el camino al Mesías: su misión es ésa, preparar lo que hará el Señor.

Jesús estigmatiza a sus adversarios que acaban por rechazar a ambos: a Juan que prepara a recibir al Mesías, y luego al mismo Jesús. Así puede entenderse también la “violencia” que sufre el Reino de Dios, porque los “violentos” (los contrarios al Reino), quieren imponerse y dominarlo, sin dejar a otros que desean entrar.

Con corazón salesiano


El trabajo cristiano no es sobre todo el “hacer cosas”, sino las actividades relacionadas con el “Reino”, con todo lo que ello exige. Don Bosco así lo entendió desde que fue ordenado sacerdote, sin pausas y sin ahorrarse. 

Él mismo dice: “los muchos compromisos que yo tenía en las cárceles, en la obra de Cottolengo, en el Refugio, en el Oratorio y en las clases que tuviese que dedicar la noche a escribir los libritos que me eran absolutamente necesarios. Por lo que mi salud, ya de por sí muy precaria, se deterioró de modo que los médicos me aconsejaron que dejase toda ocupación.” Por eso Don Bosco cayó gravemente enfermo. La entrega y el trabajo pastoral es propio de quien ansía que venga el Reino de Dios.

A la Palabra, le digo


Oro para agradecer a Dios el trabajo de este día: “Dios de bondad, ahora la noche se extiende sobre mí, sobre mi día entregado al bien por tu Reino. Lo que he trabajado a lo largo de esta jornada te lo ofrezco de todo corazón, perdona lo que hice sin tenerte en cuenta, los conflictos que tuve y que estancaron tu acción. Bendice lo bueno que realicé y dame el descanso para mejorar mañana. Amén.”


Ahora podés escuchar el Evangelio del Día en Spotify como "Lectio salesiana": https://spoti.fi/3gRYQSP