Evangelio del Dia

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Miércoles 29 de Septiembre de 2021

La Palabra dice


Jn. 1, 47-51

Al ver llegar a Natanael, Jesús dijo: “Éste es un verdadero israelita, un hombre sin doblez”.

“¿De dónde me conoces?”, le preguntó Natanael.

Jesús le respondió: “Yo te vi antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera”.

Natanael le respondió: “Maestro, Tú eres el Hijo de Dios, Tú eres el Rey de Israel”.

Jesús continuó: “Porque te dije: ‘Te vi debajo de la higuera’, crees. Verás cosas más grandes todavía”.

Y agregó: “Les aseguro que verán el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre”.

La Palabra me dice


El Evangelio de Juan es el único que narra el encuentro de Jesús con Natanael, a quien la tradición ha identificado como alguno de los apóstoles. De hecho, él es traído ante Jesús por Felipe, otro apóstol. Aunque no puede descartarse esta hipótesis, lo cierto es que este hombre está entre los primeros en ser llamados, de modo que pertenece al círculo íntimo de Jesús. Su nombre significa “don de Dios” y realmente, Natanael recibe un gran don al ser convocado para seguir a Jesús.

Él lo califica como un verdadero israelita, en quien no hay doblez ni mentira. Esta calificación resulta sumamente importante porque el pecado entró en el mundo por la mentira originaria del maligno: “serán como dioses”. Adán y Eva creyeron esa mentira y cayeron en la tentación. Quien camina en la verdad como Natanael se encuentra en el camino justo. Es un justo. La higuera representa en este caso una vida recta, según la ley de Moisés, que lo hará miembro del resto de Israel que esperaba con piedad al Mesías.

Jesús no solo lo descubre debajo de la higuera, sino que lo conoce y escruta su interior en lo que él realmente es. Natanael se siente descubierto en lo más profundo de sí mismo, como nadie nunca lo podría haber hecho. Y entonces, es el primero de los apóstoles en confesar a Jesús como Mesías. En él ve cumplidas las mejores expectativas del resto fiel. Al revés de Adán, Él cree en la verdad y no en la mentira.

Por su parte, Jesús le anuncia a Natanael que, por la fe, verá y conocerá cosas más grandes. Efectivamente, para el Hijo del hombre se abrirán los cielos, como había acontecido en el bautismo. Es decir, gracias a Él, se abrirá una brecha en el muro del pecado, para que podamos acceder al Reino.
La alusión a los ángeles que suben y bajan remite a la escala de Jacob, revelación provisoria de lo que debía acontecer en Israel. Desde ahora, será el mismo hijo del hombre la escalera que conduce a los cielos abiertos en su nombre.

Podemos preguntarnos, a la luz de esta escena evangélica, si somos verdaderos cristianos, si verdaderamente vivimos el Evangelio de Jesús y seguimos sus pasos. Si en nosotros no hay falsedad como componendas que nos sacan del camino. Porque muchas veces, la hipocresía de los fariseos se puede colar también en quienes escribimos o leemos estas notas. O en quienes nos creemos buenos y justos porque vamos a Misa los domingos o rezamos determinadas oraciones. Vale la pena ponernos sinceramente ante Jesús, para que Él desnude nuestro interior y nos diga qué hay que cambiar en nuestra vida para ser verdaderos cristianos.

Con corazón salesiano


Don Bosco fue educado desde niño a decir y hacer la verdad. Lo atestigua el hecho de su travesura infantil, cuando vuelca el aceite de una botella haciendo un gran enchastre. Y luego espera a su madre con una varita en la mano, para que ella lo castigue. Pero además, él tenía una gran intuición para leer el corazón de los muchachos y muchas veces los ponía ante su propia verdad, aunque fuera dolorosa. También en forma colectiva, a través de sus “buenas noches” cuestionaba determinadas actitudes y conductas, de modo que especialmente los interesados, se sintieran aludidos. Por otra parte, también sabía descubrir a los “Natanael” que llegaban al oratorio y convocarlos para una vocación especial.

A la Palabra, le digo


Señor Jesús, te damos gracias porque tú nos conoces desde que el Padre nos entretejía en el seno materno. Ante Ti, nadie puede esconderse ni mentir. Gracias Jesús, porque tu Palabra nos aleja de todas las hipocresías para creer y vivir solamente de tu verdad. Amén.


Ahora podés escuchar el Evangelio del Día en Spotify como "Lectio salesiana": https://spoti.fi/3gRYQSP