Evangelio del Dia

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Martes 14 de Septiembre de 2021

La Palabra dice


Jn. 3, 13-17
Jesús dijo:
“Nadie ha subido al cielo, sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre que está en el cielo. De la misma manera que Moisés levantó en alto la serpiente en el desierto, también es necesario que el Hijo del hombre sea levantado en alto, para que todos los que creen en Él tengan Vida eterna.

Sí, Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en Él no muera, sino que tenga Vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por Él…”. 

La Palabra me dice


Hoy es la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz. Para los judíos y romanos, la cruz era el peor castigo y la mayor maldición. Para los cristianos, en cambio, se convirtió en signo de salvación. Con ella fuimos marcados el día de nuestro bautismo. Y a ella hacemos referencia cuando trazamos sobre nuestro cuerpo la señal de la cruz.

En el texto que leemos en el Evangelio de Juan, Jesús hace un pre-anuncio de su cruz. Ante todo, Él es el que ha bajado del cielo y ha tomado carne humana. Se ha hecho hombre y mortal como nosotros. Y se remite al Antiguo Testamento para realizar el anuncio de su muerte en cruz, muerte salvadora que concluirá en la resurrección. “De la misma manera que Moisés levantó en alto la serpiente en el desierto, también es necesario que el Hijo del hombre sea levantado en alto”. 

Como recordamos, la primitiva serpiente, símbolo del demonio, sedujo a Eva y Adán para que cayeran en pecado. Durante la travesía del desierto, el pueblo en marcha hacia la Tierra prometida cayó en otro pecado, al protestar contra Moisés y contra Dios por haberlos llevado al desierto, añorando a Egipto. Entonces, muchos israelitas sufrieron la picadura de numerosas víboras venenosas que los hacían morir. Por eso, piden a Moisés que interceda ante Yahvé para que los libere de este peligro mortal (Num 21, 4-9).  Y Dios ordena a Moisés que levante una serpiente de bronce, para que todo el que ha sido mordido levante la vista hacia ella y quede curado. A este caso se refiere Jesús en su respuesta a Nicodemo.
La serpiente de bronce es en realidad la cruz en la que el Hijo del hombre será levantado para salvarnos del veneno del pecado.

En nuestro camino de peregrinos, muchas veces somos mordidos por la tentación. Y podemos caer en diversas esclavitudes. O incluso, si las hubiéramos superado, volver a ellas, como el pueblo ansió volver a Egipto.

Es el momento en que tenemos que alzar la mirada hacia nuestro estandarte, que es la cruz de Cristo. Solamente en ella hay salvación. Pero hay que creer en ella, en el crucificado-resucitado. Porque solamente así podemos superar la imagen de un Dios puramente juez y castigador, siendo que Él “no envió a su Hijo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por Él…”.

Con corazón salesiano


Una característica de la espiritualidad salesiana es la de llevar la cruz con esperanza.
Ninguno de ellos llevó la cruz con enojo o pesimismo ni se dejó hundir por ella, sino que la cargó siempre con esperanza y con un fuerte sentido de fe. En los peores momentos, incluso al borde de la muerte, ellos pensaban y abrían el corazón a la vida eterna. Esa fe los sostenía para que pudieran hacer de su vida y de su muerte, un himno esperanzado para Dios y los hermanos.

A la Palabra, le digo


Señor Jesús, te damos gracias por tu cruz que, al mismo tiempo, nos supera, nos dignifica, da sentido a nuestra vida y a nuestra muerte. Aunque muchas veces nos puede costar cargarla, sin embargo sabemos que Vos sos el cirineo que nos ayudás a llevarla. Y que, al final del camino, está siempre la resurrección. Gracias, Señor Jesús.


Ahora podés escuchar el Evangelio del Día en Spotify como "Lectio salesiana": https://spoti.fi/3gRYQSP