Evangelio del Dia

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Domingo 18 de Julio de 2021

La Palabra dice


Mc. 6, 30-34

Al regresar de su misión, los Apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado.

Él les dijo: “Vengan ustedes solos a un lugar desierto, para descansar un poco”. Porque era tanta la gente que iba y venía, que no tenían tiempo ni para comer. Entonces se fueron solos en la barca a un lugar desierto. Al verlos partir, muchos los reconocieron, y de todas las ciudades acudieron por tierra a aquel lugar y llegaron antes que ellos.

Al desembarcar, Jesús vio una gran muchedumbre y se compadeció de ella, porque eran como ovejas sin pastor, y estuvo enseñándoles largo rato.

La Palabra me dice


Los discípulos probablemente llegan eufóricos por todo lo que han hecho. Jesús tiene un gesto de cuidado tierno: “Vengan ustedes solos a un lugar desierto, para descansar un poco”, que es a la vez una oportunidad para crecer en la intimidad con Él, fuente y motor de toda la acción que han desarrollado y de la que realizarán.

Con todo, Jesús “no puede con su genio” y se compadece de las multitudes; les enseña palabras que dan Vida, los sana, les da de comer.

Este Jesús es el Buen Pastor que “da la vida por sus ovejas”… lo que dice lo vive y también enseña a los suyos a hacer otro tanto.

También muchos de nosotros tenemos hoy nuestro día de descanso (si las leyes del mercado no te obligan a trabajar como cualquier otro día…) y en la Eucaristía el Señor nos repite: “Vengan ustedes solos a un lugar desierto, para descansar un poco”, para que les pueda hablar al corazón y para que les contagie, desde la Palabra y el Pan, mi corazón compasivo, que se conmueve ante las necesidades y sufrimientos de nuestra sociedad.

Con corazón salesiano


Los biógrafos de Don Bosco cuentan que en la última etapa de su vida, cuando la obra salesiana iba tomando dimensiones importantes, Don Bosco solía irse del Oratorio para escribir cartas (¡muchas para pedir ayuda...!). Solía volver después de la cena del Oratorio. Entonces se sentaba y comía su ración de polenta, mientras se entretenía y conversaba con un buen grupo de chicos y salesianos, preguntando, escuchando, abriendo el corazón, haciendo bromas, brindando enseñanzas de sabiduría espiritual.

Es el mismo Don Bosco que decía: “He prometido a Dios que hasta el último aliento de mi vida será para los jóvenes” y que nos propone imitar su caridad apostólica, hecha de compasión y entrega incansable.

Te invito a entrar en este link: http://hmaabb.org/madre-mazzarello/ y visitar las Cartas de Madre Mazzarello a sus hermanas, descubriendo en ellas el rostro materno de ese amor que Jesús manifestaba a sus discípulos.

A la Palabra, le digo


Jesús, Buen Pastor lleno de misericordia, regalanos un corazón atento, capaz de ver las necesidades de quienes nos rodean y compasivo para hacer nuestros los dolores de nuestro prójimo. Pero que nunca quedemos abatidos ante los mismos sino que, con creatividad y caridad pastoral salesiana, busquemos que tu Reino se haga más presente cada día.

Podés escuchar la canción Tu modo, de Cristóbal Fones:   https://www.youtube.com/watch?v=5wXCLdnOQj4