Con corazón salesiano
Ante este texto del evangelio podemos recordar el “sueño de los diez diamantes” que tuvo Don Bosco, comentado por Egidio Viganó, Rector Mayor de los Salesianos, que puede aplicarse a todos quienes nos identificamos con el carisma salesiano: “… Don Bosco tuvo este sueño en San Benigno Canavese la noche del 10 al 11 de septiembre de 1881. En el sueño, el personaje encarna la fisonomía del salesiano. En la parte anterior de su manto brillan cinco diamantes, tres en el pecho: Fe, Esperanza y Caridad, y dos en los hombros: Trabajo y Templanza. En el lado posterior lucen otros cinco diamantes, en que se lee, respectivamente: Obediencia, Voto de Pobreza, Premio, Voto de Castidad y Ayuno.” “… La vida salesiana en su actividad (diamantes del frente) y en su espiritualidad interior (diamantes de la espalda), se trata, podríamos decir, de las dos caras de un medallón salesiano. El anverso representa su figura social, el rostro, el da mihi animas; el reverso oculta el secreto de su constancia y ascesis, el armazón, el caetera tolle. De frente, la luz de los cinco diamantes (fe, esperanza, caridad, trabajo y templanza) presenta al salesiano en el testimonio público de su donación visible a los jóvenes.” “… El salesiano está hecho para los jóvenes, y debe mostrar a todos un corazón simpáticamente repleto de una caridad pastoral que crea amistad. Para él no basta amar, ¡debe además hacerse amar!” |