La Palabra me dice
Jesús es la plenitud de la revelación y de la Ley de Dios. En el antiguo testamento, Yavhé les regaló las tablas de la ley que contenían los diez mandamientos, como signo de la alianza de la elección de Israel. Con la llegada de Jesús en la historia de la salvación, el Padre nos habla en su Hijo; y la Nueva Alianza será sellada con la entrega de Jesús que tuvo el amor más grande, el de dar la vida por sus amigos. Qué hermoso y qué comprometedor es ser llamados “amigos” por Jesús. La amistad es el amor de libre elección de las personas, el de la intimidad, el del compromiso, el de la fidelidad basada en el amor mutuo. Y Jesús, como buen amigo, nos reveló lo más profundo que traía en su persona, lo que el Padre le había revelado. Y todo el mensaje lo condensa en el “ámense los unos a los otros, como yo los he amado.” El ser amados como amigos por Jesús también implica un compromiso: amar a nuestros hermanos con la medida de Jesús, llegando incluso a la entrega de nuestra propia vida. ¿Experimentamos el amor gratuito de Jesús, la cercanía de su amistad? ¿Vamos creciendo día a día en la entrega de nuestra vida por otros? |