La Palabra me dice
Por varios días seguidos venimos leyendo este discurso de despedida de Jesús luego del lavatorio de los pies. El texto va desgranando y profundizando en círculos las palabras sentidas de Jesús. Continuamente escuchamos la palabra “permanecer”, el modo de estar de forma contínua y perseverante unidos al Señor, por la escucha de la Palabra, por la vivencia del amor fraterno, por cumplir los mandamientos, por llevar a la plenitud esa Palabra. El “permanecer” de Jesús en el amor del Padre, y en el cumplimiento de su voluntad, serán el modelo que nos deja para imitarlo, y de ese modo nos incorpora al amor fecundo y generoso de la Trinidad. Quiere que el mismo gozo que Él experimenta sea nuestro, y que sea perfecto. Somos unos bendecidos en tener un Dios que quiere compartirnos el gozo más íntimo de su corazón: esa es la respuesta a la búsqueda de felicidad que inherentemente viene en el corazón humano. Sólo que la plenitud del gozo es revelado y saciado sólo por Dios, no en otras personas o situaciones. La sed de eternidad sólo la calma el Eterno que nos ama y nos hace partícipes de su amor. |