La Palabra me dice
El centro del relato lo ocupa la Vida, con mayúsculas, concentrada en la figura de Jesús viviente, dador de vida. La mesa amistosa de Betania, Marta al servicio, Lázaro resucitado-comensal, María que unge con perfume, son los personajes luminosos del cuadro. También está la sombra de la actitud de Judas y de las maquinaciones de los poderosos: toda una tramoya oscura para apagar la claridad que atrae a la fe. Este texto, puesto a las puertas de la Semana Santa, no deja de tener un fuerte sabor sugestivo. ¿Qué tenemos hoy de Marta, de Lázaro, de María, de Judas, de sumos sacerdotes? ¿Está al centro de nuestro recorrido cuaresmal la persona de Jesús, el que vive? ¿O seguiremos el lado de la mortificación, personal y social, que a veces ponemos en primer plano en esta semana?
Pascua es vida, que si mira a la muerte es para vencerla. Abramos los ojos, Él ya está sentado también a nuestra mesa, cena de la Palabra y de su Cuerpo, banquete de su vida compartida en el servicio a los hermanos. Encontremos en Betania un ícono de la Pascua anticipada. |