Evangelio del Dia

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Sábado 28 de Noviembre de 2020

La Palabra dice


Lc. 21, 34-36 – “No se dejen aturdir”

Jesús hablaba a sus discípulos acerca de su venida:
“Tengan cuidado de no dejarse aturdir por los excesos, la embriaguez y las preocupaciones de la vida, para que ese día no caiga de improviso sobre ustedes como una trampa, porque sobrevendrá a todos los hombres en toda la tierra.
Estén prevenidos y oren incesantemente, para quedar a salvo de todo lo que ha de ocurrir. Así podrán comparecer seguros ante el Hijo del hombre”.

La Palabra me dice


Como un amigo, que al despedirse, tiernamente abraza y aconseja, Jesús continúa regalandoles advertencias a los discípulos. En esta ocasión los invita a tener una actitud de vigilancia, manteniéndose atentos al discernimiento de la realidad.

Son tiempos de cierres, de finalizaciones, y sucede que el cansancio y la vorágine de las obligaciones nos apremian y pueden distraernos del aquí y ahora. También pueden hacerlo los excesos de nostalgias o la expectativa por lo que vendrá. 

Este Evangelio es una invitación a mantener el entusiasmo en las búsquedas genuinas del Reino en lo cotidiano y a tomar una actitud de continua oración, esa conexión con lo sensible y vital. Encontrarnos con Dios, con nosotras y nosotros mismos y con la vida que nos rodea, en nuestros hermanos y hermanas y en la naturaleza parece ser la clave para no perdernos de vista que la vida está siendo hoy, con todos sus matices y colores.

Con corazón salesiano


Don Bosco siempre convocó a creer en un Dios amoroso, misericordioso, que ama sobre todas las cosas. A sus muchachos y compañeros insistía continuamente en cuidar la vida, en valorarla, en vivir las cosas sencillas y cotidianas, ocupándose de los demás y, también, de uno mismo.
En el libro Recuerdos de San Juan Bosco a los primeros misioneros, se hace memoria del siguiente consejo que Don Bosco elige para regalarle a los misioneros:
“Procura, mientras te ocupas de las vidas de los otros, no olvidarte de la tuya”.

A la Palabra, le digo


Soy pan, soy paz, soy más de Mercedes Sosa

Yo soy, yo soy, yo soy
Soy agua, playa, cielo, casa blanca
Soy Mar Atlántico, viento y América
Soy un montón de cosas santas
Mezclada con cosas humanas
¿Cómo te explico? Cosas mundanas...

Fui niño, cuna, teta, pecho, manta
Más miedo, cuco, grito, llanto, raza 
Después mezclaron las palabras
O se escapaban las miradas
Algo pasó, no entendí nada

Vamos, decime, contame
Todo lo que a vos te está pasando ahora
Porque si no, cuando está tu alma sola, llora
Hay que sacarlo todo afuera
Como la primavera
Nadie quiere que adentro algo se muera
Hablar mirándose a los ojos
Sacar lo que se puede afuera
Para que adentro nazcan cosas nuevas

Soy pan, soy paz, soy más
Soy la que está por acá
No quiero más de lo que quieras dar
Hoy se te da, hoy se te quita
Igual que con la margarita
Igual el mar, igual la vida, la vida, la vida, la vida

Vamos, decime, contame
Todo lo que a vos te está pasando ahora
Porque si no, cuando está tu alma sola, llora
Hay que sacarlo todo afuera
Como la primavera
Nadie quiere que adentro algo se muera
Hablar mirándose a los ojos
Sacar lo que se puede afuera
Para que adentro nazcan cosas nuevas, nuevas, nuevas, nuevas
Nuevas, nuevas, nuevas
Nuevas