La Palabra me dice
Jesús entra a comer a la casa de uno de los fariseos seguramente más reconocido en su tiempo y comienza a observar dónde se acomodan en la mesa, e intenta con el ejemplo del banquete, a modo de parábola, explicarles y ayudar a los fariseos a entender que no es importante el figurar siempre o exhibirse ante todos. Hoy en día también se suelen seguir observando estas actitudes, donde a veces el sentirse superior y el afán de mostrarse ante todos le termina ganando a nuestra humildad. Es importante reconocer nuestra humildad para ponerla en práctica, sobre todo en nuestra vida diaria y junto a nuestros vínculos con los que compartimos diferentes espacios, familia, trabajo, grupos, comunidades. El evangelio nos quiere dejar como enseñanza que el primer lugar lo ocuparán los que hayan sido capaces de superar el ego, el orgullo, el interés personal para ponerse al servicio de los demás día a día. |