La Palabra me dice
Muchas veces, como seres humanos, estamos constantemente pidiendo a Dios señales para creer que realmente Él nos escucha. Creo que en realidad Él siempre está dándonos varias y variadas señales. Somos nosotros los que realmente no podemos o no queremos verlo o escucharlo. Esperamos que pase algo extraordinario o sobrenatural para descubrir a Dios, cuando en realidad tenemos que poder verlo en las cosas cotidianas y ordinarias: un gesto de amor, de cuidado, un abrazo, un “te quiero”, una mirada cómplice, un mensaje, una reunión virtual. Sin dudas, muchas veces nos ponemos en el lugar de esa generación malvada, porque le pedimos lo que en realidad ya tenemos. Para el día de hoy me gustaría dejar para que recemos las siguientes preguntas: ¿dónde podés ver y descubrir a Jesús hoy? ¿Considerás que vos podés ser una señal para otra persona? ¿Buscás señales extraordinarias o sobrenaturales para encontrar a Dios? ¿Considerás que hay alguien que para vos “te lo mandó” Dios? Seamos como los ninivitas y como la reina del sur, que creyeron lo que otros les dijeron. “¡Felices los que creen sin haber visto!”. |