Con corazón salesiano
En contrapartida a lo que narra el Evangelio, muchas fueron las personas que se sumaron al proyecto de Dios inspirados en Don Bosco. Durante su convalecencia en I Becchi, su pueblo natal, por una enfermedad durante el año 1845 (de agosto a noviembre), el teólogo Borel dirigió el Oratorio, con la ayuda de don Vola, don Cárpano, don Trivero y don Pacchiotti. Estos cinco sacerdotes reemplazaron a Don Bosco durante cuatro meses y cumplieron su programa de modo que no tardaron en ganarse la estima y el afecto de todos los muchachos. Tal estima y afecto se lo ganaron, como en el caso del fundador, a costa de paciencia, aguante e incontables sacrificios. Ellos sí bailaron y lloraron. |