La Palabra me dice
En el capítulo 18, el evangelista Mateo comienza una serie de discursos sobre la comunidad. El evangelio nos advierte que no parte de una comunidad de “perfectos”, sino de una comunidad de hermanos que reconocen sus limitaciones y necesitan el apoyo de los demás para superar sus fallos. Los conflictos pueden surgir en cualquier momento, pero lo importante es estar preparados para superarlos. En todo el evangelio de Mateo no se encuentra un sólo dato que haga pensar en una autoridad que toma decisiones. Tampoco se habla en ninguna parte del Nuevo Testamento de una obediencia a ningún superior. Teniendo en cuenta los textos y el contexto, podemos concluir que son las personas individuales las que tienen que acatar el parecer de la comunidad y no al revés, como a veces se nos quiere hacer ver. El ser humano se constituye en humano por sus relaciones. Por eso el construir comunidad implica también el desafío del perdón, de la corrección, de la oración común. |