La Palabra me dice
La dificultades de la misión Jesús vivió en medio de un pueblo irremediablemente dividido. Existían clases altas, comprometidas con los romanos en la explotación del pueblo, y ricos poderosos que no se preocupaban por la pobreza de sus hermanos. También se daban grupos de oposición a los romanos que se identificaban con los anhelos del pueblo. Había muchos conflictos y tensiones sociales que se reprimían matando sin piedad. Estaba la religión oficial que se organizaba en torno a la sinagoga y al Templo. Los pobres vivían una piedad que se manifestaba en devociones, peregrinaciones y prácticas seculares. Había grupos y orientaciones diversas que se consideraban herederos del legado de Dios: fariseos, esenios, samaritanos, herodianos, saduceos, zelotes, sacerdotes y sumos sacerdotes, levitas, escribas... En una palabra, existían conflictos en los distintos niveles de la vida de la región: económico, social, político, ideológico, religioso. En este sentido, Jesús no vino a traer una paz que avalaba al sistema divisor. Su mensaje fue conflictivo porque propuso una hermandad más auténtica: la que no se basaba en pertenecer a un grupo social sino a un estilo de vida que defendía a todas las dignidades desprotegidas. |