Con corazón salesiano
El maestro de Don Bosco fue San José Cafasso, cuya fiesta celebra hoy la liturgia. Sin duda, para que Don Bosco pusiera en práctica el mandato evangélico lo puso ante la durísima realidad que ofrecía la cárcel en su tiempo, donde la persona no sólo pierde su libertad, sino también su dignidad, muy lejos de ser un lugar para adquirir los valores perdidos y que han motivado la encarcelación. Don Bosco insistía permanentemente en el valor del buen ejemplo como un medio no sólo para una sana convivencia, sino para mejorar el ambiente en el que se desenvolvía entre los niños y adolescentes más descuidados y discriminados de la sociedad de Turín. Tres ejemplos ofrecerá muy pronto a los integrantes del oratorio: las vidas de Domingo Savio, Miguel Magone y Francisco Bessuco. Alentaba a sus primeros salesianos a buscar lo bueno que hay en toda persona, para desde allí ayudarlo a mejorar. Por otro lado, insistía en evitar a los “malos compañeros”. |