Evangelio del Dia

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Viernes 12 de Junio de 2020

La Palabra dice


Mt. 5, 27-32 –  “Si te es ocasión de pecado”.

Han oído que se dijo: No cometerás adulterio. Pues yo les digo: Todo el que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón. 

Si, pues, tu ojo derecho te es ocasión de pecado, sácatelo y tíralo lejos; más te conviene que se pierda uno de tus miembros y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno. Y si tu mano derecha te es ocasión de pecado, córtatela y aléjala de ti; más te conviene que se pierda uno de tus miembros y no que todo tu cuerpo vaya al infierno.

También se dijo: El que repudie a su mujer, que le dé acta de divorcio. Pues yo les digo: Todo el que repudia a su mujer, excepto en caso de fornicación, la hace ser adúltera; y el que se case con una divorciada, comete adulterio.
 

La Palabra me dice


En el evangelio de hoy, hace una relectura del mandamiento “No cometer adulterio”. Jesús relee la ley a partir de la intención que Dios tenía al proclamarla, en el Monte Sinaí, siglos atrás. Lo que importa es el Espíritu de la Ley, no encerrarse en la letra. Retoma y defiende los grandes valores de la vida humana que están por detrás de cada uno de los Diez Mandamientos. Insiste en el amor, en la fidelidad, en la misericordia, en la justicia y en la verdad, en la humanidad. 

La observancia de la Ley humaniza a la persona. En Jesús aparece aquello que acontece cuando un ser humano hace que Dios ocupe el centro de su vida. El objetivo último es unir los dos amores, la construcción de la fraternidad en defensa de la vida. 

El objetivo del mandamiento es la fidelidad mutua entre el hombre y la mujer que asumirían vivir juntos como casados. Y esta fidelidad sólo será completa, si los dos saben mantener la fidelidad mutua hasta en el pensamiento y en el deseo, y si saben llegar a una total transparencia entre sí.

Con corazón salesiano


Ese amor transparente, sincero y entero, referido en el texto evangélico, es manifestado por las personas que con sus propias virtudes y la gracia de Dios han vivido a pleno y con entrega única su vocación. Así por ejemplo, Don Zatti durante toda su vida cultivaba con amor y perseverancia todas las virtudes. Pero en él resplandecían con brillo especial la caridad incansable, la humildad, la pobreza llena de confianza en la Providencia, y la alegría sincera del que vive la unión con Dios. Ante llamados nocturnos, rechazaba excusas: "Ustedes tienen obligación de llamarme, yo de ir". Su entrega al Señor en el servicio de los demás era total y exclusiva, que no quedaban reservas para otros amores.

A la Palabra, le digo


Enséñame, Señor, a amar con un amor puro y total, sin reservas ni intereses de mi parte. sino como Tú nos mostraste, dándote a Ti mismo a nosotros. Quiero ser valiente y rechazar todo lo que me distrae de entregar mi amor a Ti y al prójimo con entereza y sin condiciones.

Amor puro y sin mancha
https://www.youtube.com/watch?v=o6S3xK8KIIY