Evangelio del Dia

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Viernes 08 de Noviembre de 2019

La Palabra dice


Lc. 16, 1-8 - “¿Qué voy a hacer ahora?”.
Decía también a los discípulos: "Había un hombre rico que tenía un administrador, al cual acusaron de malgastar sus bienes. Lo llamó y le dijo: ‘¿Qué es lo que me han contado de ti? Dame cuenta de tu administración, porque ya no ocuparás más ese puesto’. El administrador pensó entonces: ‘¿Qué voy a hacer ahora que mi señor me quita el cargo? ¿Cavar? No tengo fuerzas. ¿Pedir limosna? Me da vergüenza. ¡Ya sé lo que voy a hacer para que, al dejar el puesto, haya quienes me reciban en su casa!’ Llamó uno por uno a los deudores de su señor y preguntó al primero: ‘¿Cuánto debes a mi señor?’. ‘Veinte barriles de aceite’, le respondió. El administrador le dijo: ‘Toma tu recibo, siéntate en seguida, y anota diez’. Después preguntó a otro: ‘Y tú, ¿cuánto debes?’. ‘Cuatrocientos quintales de trigo’, le respondió. El administrador le dijo: ‘Toma tu recibo y anota trescientos’. Y el señor alabó a este administrador deshonesto, por haber obrado tan hábilmente. Porque los hijos de este mundo son más astutos en su trato con los demás que los hijos de la luz.
 

La Palabra me dice


En las costumbres económico-administrativas de aquel tiempo era práctica corriente que el propietario de un campo o propiedad encargara a un administrador la gerencia de la misma y lo habilitara a realizar toda clase de transacciones en su nombre. Incluso podía hacer préstamos de las propiedades del dueño, por lo cual recibía una comisión en concepto de intereses.
El propietario elogia la sagacidad del administrador, porque al ser destituido de su cargo, éste va a congraciarse con los deudores, y quita de la deuda total la cantidad correspondiente a su comisión, con lo cual, no hay una cancelación de la deuda, sino que el administrador hace escribir un nuevo recibo a los deudores de la que quita su propia comisión.
El Señor alaba al administrador deshonesto… lo que no significa aprobar sus irregularidades, falsificaciones, ni mucho menos que el fin justifique los medios; sino su habilidad, sagacidad, para gestionar y reubicarse en la nueva situación.

Con corazón salesiano


Don Bosco decía: "En lo que se refiere al bien de la juventud en peligro o sirve para ganar almas para Dios, yo me lanzo hasta la temeridad". María Mazzarello y Don Bosco vivieron los desafíos de la historia con creatividad y equilibrio, revisando periódicamente su acción. A medida que el tiempo fue pasando y los desafíos que aparecían entre los muchachos y chicas iban creciendo... fueron más audaces en sus respuestas.

A la Palabra, le digo


Dame la libertad de corazón, Señor, para seguirte. Que nada me aleje de vos, que nada me confunda. En este mundo de tantas ofertas solo quiero quedarme con vos.