Evangelio del Dia

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Martes 01 de Octubre de 2019

La Palabra dice


Lc 9, 51-56
Cuando estaba por cumplirse el tiempo de su elevación al cielo, Jesús se encaminó decididamente hacia Jerusalén y envió mensajeros delante de él. Ellos partieron y entraron en un pueblo de Samaría para prepararle alojamiento. Pero no lo recibieron porque se dirigía a Jerusalén. Cuando sus discípulos Santiago y Juan vieron esto, le dijeron: "Señor, ¿quieres que mandemos caer fuego del cielo para consumirlos?". Pero él se dio vuelta y los reprendió. Y se fueron a otro pueblo.
 

La Palabra me dice


Con este pasaje empieza una larga sección, propia de Lucas, a la que llaman "el viaje a Jerusalén". En Lc 9,51 se nos dice que "Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén", y este largo viaje durará hasta Lc 18,14.
Este episodio en el camino sucede al atravesar territorio samaritano y no son bien recibidos, pues los judíos menospreciaban a los samaritanos, y ellos, a su vez, los miraban con mucho recelo. La reacción de Santiago y Juan nos puede hacer recordar la reacción del profeta Elías, que hace bajar fuego del cielo contra los sacerdotes del dios Baal. Jesús, una vez más, los tiene que corregir.
  • Jesús conoce cuál es su camino y avanza a pesar de que lo lleva a la cruz. ¿Somos conscientes de dónde venimos y a dónde vamos?
  • Y cuando algo sale mal, cuando no esperaba que sucediera esto, cuando nos rechazan: ¿somos tan violentos como los "hijos del trueno", Santiago y Juan?
  • La experiencia Trinitaria sigue gestando gestos de misericordia y compasión con la humanidad.

Con corazón salesiano


Don Bosco que enfrenta su vida, incluso cuando los demás no logran comprenderlo, él no huye, asume que su intuición carismática necesita su tiempo para ser comprendida.
Don Bosco que entiende que no es con golpes, sino con amor, como es posible ganar el corazón.

A la Palabra, le digo


Señor Jesús… el camino a Jerusalén, tiene sus momentos de “fracasos”. Hay momentos donde el ambiente puede resultar adverso o simplemente indiferente a nuestras propuestas. Que aprendamos de vos, que no te dejás apoderar por las reacciones vinculadas al orgullo de que “no salió como estaba planificado”, y, más que buscar responsabilidades en otros, sigamos adelante anunciando y haciendo Reino.