Evangelio del Dia

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Miércoles 22 de Junio de 2022

La Palabra dice


Mt, 7, 15-20

Jesús dijo a sus discípulos:

"Tengan cuidado de los falsos profetas, que se presentan cubiertos con pieles de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los reconocerán. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los cardos? Así, todo árbol bueno produce frutos buenos y todo árbol malo produce frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo, producir frutos buenos.

Al árbol que no produce frutos buenos se lo corta y se lo arroja al fuego. Por sus frutos, entonces, ustedes los reconocerán".

La Palabra me dice


El evangelio nos pone en guardia ante los “falsos profetas”. ¿Quiénes son éstos? Son aquellas personas que predican doctrinas contrarias a la enseñanza de Jesús,  o sea, “un evangelio diferente”, dice San Pablo (Gál 1,6). 
Pero hay un criterio central que los identifica: es la conducta que llevan, o sea, “los frutos” de sus obras: “por sus frutos los reconocerán”. Su verdad no son los títulos que traen, sino su vida en conformidad con el evangelio que predican: si resplandecen de buenas obras, sus palabras revelan también el evangelio; si no es así, ese árbol sólo es leña para ser arrojada al fuego.

Con corazón salesiano


Hay miles de hombres y mujeres de “corazón salesiano” que trabajan como “buenos profetas”: salesianos e Hijas de María Auxiliadora, alumnos y exalumnos, cooperadores, por nombrar algunos, que en diversos ámbitos de la vida testimonian el mensaje de Jesús.  
Dos  ejemplos entre muchísimos otros: en 1933, el padre Ángel Buodo, en la provincia argentina de La Pampa, se sabe por las cartas que bien pasados los setenta años, todavía trabajaba incansablemente como misionero sujetándose a privaciones gravísimas. En 1929, en la Patagonia de Magallanes, las hermanas salesianas debían comer en casa de una parroquiana que les daba almuerzo y cena, lejos del trabajo, con el inconveniente de deber caminar lejos del colegio con viento y lluvia (cosa normal en la zona); una señora cristiana les ofreció y regaló su casa al lado del lugar de trabajo. 

A la Palabra, le digo


Dios querido, sostén Tú el trabajo de tantos profetas: dales un corazón fuerte y palabras buenas, para que tu palabra guíe a la gente que te busca. Amén. 



Ahora podés escuchar el Evangelio del Día en Spotify como "Lectio salesiana": https://spoti.fi/3gRYQSP