La Palabra me dice

En estos días la liturgia nos regala las palabras de Jesús antes de que llegue su Hora, la hora de la Pasión y de la Pascua, la Hora de volver al Padre para estar de un modo nuevo cerca nuestro. Insiste en permanecer en su amor, en seguir unidos a Él, a su mensaje, a sus opciones.
Y este amor no es sólo una respuesta al mal del mundo, un compromiso ético o el deseo de hacer el bien. Es el camino para la verdadera felicidad. Es la clave de las bienaventuranzas del Reino.
Francisco nos dice: “La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús. Quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento. Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría.” (EG 1)

Con corazón salesiano

Para Don Bosco, la alegría era el signo de la santidad. Para María Mazzarello, el de un corazón que ama mucho al señor. Decía a las hermanas: “Jesús debe ser toda nuestra fuerza. Con Jesús la carga se hace ligera, las fatigas suaves, las espinas se convierten en dulzuras...”. Todo se transforma con el amor. 
A veces necesitamos preguntarnos: ¿de dónde viene la alegría que llevamos? ¿Qué nos pasa cuando nos gana el desaliento y la tristeza? Todo es ocasión para volver a Jesús y para volver a elegir hacer lo de cada día por amor.

A la Palabra, le digo

Jesús, gracias por el amor infinito, por tu misericordia y ternura que renueva la paz y la alegría en nuestro corazón.
Queremos permanecer en vos, que te acercás en cada joven, hermano, hermana, en cada amigo, compañera, en los más cercanos y en quienes conocemos menos, en quienes más nos cuestan.
Ayudános a permanecer al lado tuyo viviendo tu mandamiento de amor.

Ahora podés escuchar el Evangelio del Día en Spotify como "Lectio salesiana": https://spoti.fi/3gRYQSP